“Zoaz Euskal Herrira,
hor duzu jaia...
Sartu gure kilkir kaiolan!"
hor duzu jaia...
Sartu gure kilkir kaiolan!"
Seguramente, los miembros del archifamoso grupo rock californiano Green Day, antes de actuar en la localidad vasca de Laudio/Llodio (Alava), se preguntarían "¿Dónde rayos está Laudio, Billie Joe?". Fue en diciembre de 1991, apenas unos meses antes de su salto a la fama, cuando todavía giraban por el circuito underground europeo. El concierto de Green Day arrancó una hora y media tarde debido a que la banda fue retenida en uno de los típicos controles policiales en las carreteras de Euskadi. Sin realizar ninguna prueba de sonido, los músicos californianos se subieron al escenario del Café Panamá con ganas de alegrar al respetable, pero, al poco de empezar, al guitarrista se le averió el instrumento. Por suerte, una de las doscientas personas que abarrotaban el pequeño local fue acercó a su casa y le presto una nueva guitarra. Aquel concierto de Green Day supuso el colofón de la Semana Ecologista organizada por los animados miembros de la radio libre Pirula Irratia, el grupo ecologista Ekhi, el colectivo Txitxarra y Gazte Asanblada de Laudio. Un reciente documental, "Yo lo viví: Green Day" (2015), repasa esta anécdota histórica tan curiosa.
Al año siguiente, Green Day regresarían de nuevo a Laudio, actuando dentro de la Casa de Pinturas, una antigua fábrica de derivados de la madera okupada y gestionada por el Colectivo Txitxarra. Gracias a colectivos locales como este, la pequeña escena rock de Laudio floreció dando bandas tan variopintas como Danba, Anti-K, Lur, CLGSE (Contra La Gente Sin Escrupulos), Finisterrae, T.HC Arbol, Une Latzak, Flying Pigs, Garrasi, ZEN, Guridi Center, The Drellas, Okerreko Bidea, Trash Tropical, Lápida, Tierra Perdida, Eskupitajo, Lautaru, Ostakulo... Por desgracia, los responsables del ayuntamiento de Laudio, empezaron a poner trabas para continuación de los aclamados conciertos gratuitos del Café Panamá, calificabas de "marginales" a los grupos allí convocados.
Como ha ocurrido demasiado a menudo en Euskal Herria, el sueño alternativo de Casa de Pinturas acabo destruido y otros centros autogestionados ("Kukutza III", "Kortxoenea" "Euskal Jai"), fue desalojado y demolido. El asunto acabó siendo manipulando en la prensa, donde se repetía, sin cesar, que eran los propios vecinos de Laudio quienes más se quejaban de soportar los "ruidos" molestos de la Casa de Pinturas, a pesar que los conciertos se celebraban a medio kilómetro del casco urbano. Pese a estos obstáculos, en Laudio surgieron nuevas alternativas, nuevos gaztetxes, salas como Laudio Metal o el Drumgorri, uno de primeros centros integrales de música del País Vasco.
Durante los Carnavales de 1986, un concierto organizado en Laudio por varios radios libres estatales coincidió con las duras protestas contra las extradiciones desde Francia de refugiados vascos. A media actuación del grupo rock vitoriano Hertzainak empezaron a caer pelotas de goma y botes de humo cerca del escenario. "Estuve tocando el tema “Si vis pacem” llorando, porque cayó un bote delante del escenario y se nos metió todo el humazo. Estábamos llorando como descosidos por culpa del gas lacrimógeno", relataba con humor el bajista Josu Zabala. Parte del público huyo corriendo, pero otros se quedaron conscientes del peligro. "Aquello era un espectáculo total de luces, sonido y pelotas de goma". Las cosas se precipitaron cuando entró, de repente, una tanqueta en medio de la plaza. Disparando balas a diestro y siniestro, en plan ametralladora, puso en espantada a todo el público. "Nosotros continuamos allí hasta acabar la jodida canción”. Acto seguido en la plaza de Laudio no quedaba más que la tanqueta policial y el técnico de sonido escondido bajo la mesa de control. Los músicos se refugiaron detrás de los amplificadores porque estaba cayendo de todo, y por todas partes...
Para hacerse eco de las diferentes iniciativas organizadas por el colectivo Txitxarra en el squat de Laudio se creo la distribuidora alternativa Pozoin. A lo largo de su historia, Pozoin sufrió innumerables y rocambolescas mudanzas, sus miembros pasaron por un bar, por un local de ESK-CUIS, estuvieron de extranjis en la casa de cultura o en una lonja. Para ellos tener un local era necesario, tanto como almacén, como punto de referencia. Antes de la llegada masiva de Internet, el viejo sistema de distribución era Correos o andar pateándose los bares, ciertas librerías y volver al cabo de un tiempo, con todo el material bien apuntado en una libreta. Pozoin llego a enviar su catalogo a casi mil direcciones a lo largo y ancho del planeta y, como estaban decididos a ajustar siempre los márgenes, a veces, los gastos de envío por correo rebasaban a los de los propios pedidos. Aun así, los responsables de Pozoin reconocían que la motivación que les empujaba a mantener distribuidora era su amor por la música alterativa, con un predominio claro de estilos como el hardcore, el punk y el ska.
El grupo euskaldun con más peso surgido en la zona de Laudio ha sido Danba. Comenzaron a mediados de los 80, poniendo su granito de arena al tsumani punk que inundó Euskadi. Posteriormente, la banda alavesa evolucionó de una forma muy notable, llegando a practicar un abrasivo funk metálico tras una década de actividad. Danba cantaban en euskera, aunque, como Kortatu, en sus inicios lo hicieron en castellano. Su primer disco fue "Plataforman" (1989), donde el oyente novel podrá descubrir ecos de reggae jamaicano mezclados con ráfagas de vivo punk rock. En su segundo disco, "Esamesaka" (1991), los miembros de Danba se atrevieron a versionar al cantautor vasco Ruper Ordorika ("Erruduna") y a la banda norteamericana Hung Up! ("Big mama"). El desaparecido sello Esan Ozenki Records editaría el tercer y último disco del grupo, "Frango Funts" (1992), donde versionaban un tema grupo funk americano Parliament ("Moonlight heather"). Danba dieron su último concierto en 1994, dejando un recuerdo imborrable. En 2005, de forma especial, el grupo se reunió para actuar en un festival en Llodio.
Adentrados ya en la década de los 90, surgió en Laudio otra banda peleona. El grupo Lur editaron un colorista disco con once temas de buen hardcore directo, "Amorru bizia" (1997). Como los míticos Etsaiak, los miembros Lur cantaban en euskera y en castellano y, en sus letras, escupían contra la realidad social de la época, contra del capitalismo salvaje y de la creciente especulación inmobiliaria, inclinándose, especialmente, a favor de la ocupación de locales autogestionados y a favor de la insumisión a la mili. En 1963 el servicio militar obligatorio ya fue suprimido en el Reino Unido. Esto provocaría que miles de jóvenes británicos aprovecharan los tres años que solían perder pelando patatas en el cuartel y abrillantando el coche del coronel para dedicarse, por ejemplo, a crear nuevas músicas. En Liverpool, cuatro chavales llamados Ringo, Paul, John y George llegarían a marcar la cultura del siglo XX. Pero en 1993, treinta años después, los jóvenes de Laudio, Tafalla, Hazparne o Zumaia todavía estaban obligados a servir forzosamente en el ejército francés y español. Cientos de ellos elegirían una opción radical, plantarse, decir que “¡No!” e ir a prisión de cabeza. La número de canciones con las palabras “Intsumisioa” o “Intsumiso presoak” resultan incontables.
Otro estimable combo local fueron Une Latzak (en euskera, Momentos Asperos). Se formaron hacia el año 1993 y su animado guitarrista, "El Boy", provenía de bandas vecinas como CLGSE (Contra La Gente Sin Escrupulos) o Eskupitajo. El sonido de Une Latzak circuló por la senda abierta por sus paisanos Danba, remezclando, sin ningún complejo, ritmos de hardcore con funk o rap. "Cuando los Danba desaparecieron eran uno de los mejores grupos de Euskal Herria. Pero, por aqui los buenos grupos duran poco, sobretodo si son innovadores". Buscando un vocalista, Une Latzak probaron en sus comienzos con una amiga suya, pero como les parecía un poco light, probaron con la voz de Julen, hermano del bajista, Igor Arzuaga, quien les convenció. En su momento, Une Latzak ofrecieron una treintena de actuaciones, pero solamente editaron una pequeña maqueta, la cual contenía "Aintzinako lekuak", una curiosa versión del célebre cantautor vasco Ruper Ordorika.
Las primeras trescientas copias de la maqueta de Une Latzak se agotaron en muy poco tiempo, aunque la banda alavesa aseguraba que su verdadero fuerte eran los directos. "En directo sonamos más fuerte. Del ensayo al concierto no enguarramos apenas nuestro sonido, pretendemos sonar potentes y limpios. La gente confunde caña con sonido sucio o rápido, y no tiene porque ser así". En su día, los miembros de Une Latzak se volcaron en impedir el desalojo del viejo gaztetxe de Laudio, lugar principal de ensayo de muchas bandas locales y, también, una de las pocas salas de conciertos de la zona de Laudio. Tras la disolución del grupo, el guitarrista El Boy formó parte de otra potente banda local, Al Infierno En Goitibera, acercándose al hardcore melódico desde el lado del rock metal. Su legado musical sería un disco muy goloso, "Presaka" (2010).
Mientras, otros dos miembros del grupo Une Latzak, Zigor y Julen, fundaron Narrats, otra cuca banda de rock euskaldun. Editaron un disco titulado "Mozorroa kendu" (2009), que no defraudara al ningún oyente novel aficionado al rock punkarra. Por su parte, el antiguo bajista de Une Latzak, el inquieto Igor Arzuaga, tras colaborar con Exkixu o el cantautor vasco Mikel Urdangarin, ha editado en solitario interesantes discos de pop experimental bajo el sello Gaztelupeko Hotsak, "Argi izpi bat" (2002), "Smog" (2004), "Experience" (2013), "Nire begiak" (2017) o "Menditik jeitsi ginen" (2019). Muchos de sus temas están influidos por sus estancias en ciudades como París o Nueva York y por su gran atracción por Lou Reed ("Berlin") o el sonido de los cabaret de postguerra del Este europeo. ( http://marateka.blogspot.com.es ) Más recientemente, Igor Arzuaga y varios exmiembros de Danba se han unido para formar un nuevo combo de rock local, Larrepetit. El disco "Zuhaitz horiek" (2017) sería la carta de presentación del grupo Larrepetit. En 2020, Igor Arzuaga presenta un nuevo disco, "Menditik jaitsi ginen" (2020), bajo el veterano sello vasco Gaztelupeko Hotsak.
No podemos irnos de Laudio sin mencionar a la gran Yogurinha Borova, el pseudónimo guerrero y musical que utiliza el inquieto Eduardo Gaviña. Exmiembro de un popular grupo cabaretero llamado Las Fellinis, Yogurinha es responsable de varios hits euskaldunes de corte tecnopop, como "Maite duzunarekin gozatu", la irrepetible "Esnekiak gogoko ditut", "Munduko alabak", "Mutantea zara", "Begirada terrorista", "Eraso sexistarik ez!" o "Sentimenak askatu". En 2017 el sello GOR tuvo la amabilidad de recopilar algunos de esos temas de Yogurinha interpretados en lengua vasca dentro de un hermoso disco, “Amari” (A mi madre). Sin duda, un recopilatorio muy especial con una tirada limitada de tan solo 250 ejemplares, todos ellos numerados, para disfrute y placer de los fans, seguidores o coleccionistas más fanáticos de la artista vasca.
Dice la leyenda que, a la edad de cuatro años, una grave enfermedad mantuvo al pequeño Edu Gaviña entre la vida y la muerte. "El médico le dijo a mi ama que, de seguir vivo, me quedaría paralítico. Y miradme ahora... ¡con tacones y todo!”. Los coloristas discos de Yogurinha Borova son un derroche de talento visual y su electropop destila buen humor, simpatía y ritmos muy pegadizos. Ahí estan obras como "Carbono Catorce" (2011), "Bai.Si.Yes" (2013), "Missex" (2014), "Poliamor" (2017) o el recopilatorio euskaldun "Amari" (2017). Yogurinha siempre ha sabido rodearse de buenos colaboradores en sus disco, como el músico navarro Iker Sádaba, pionero del dance euskaldun, ikastolero sin par y fundador del grupo Hemendik At!
Cerca de Laudio, en la vecina Amurrio brotó la banda rock Five Corners quienes tienen un disco en el mercado, "Nork bere bidea" (2014). Y en la pequeña localidad de Okondo surgiría otro grupo rock euskaldun, Siroka, con músicos procedentes de bandas locales como Apurka, Feos Pero Majos, Izate Faltsua o los Kloratita. La banda Siroka fue la representante del País Vasco en la VIII edición del festival Liet International, un respetado certamen musical donde participan conjuntos europeos que cantan y crean en lenguas minorizadas como euskera, udmurt, vepsian, gaélico escocés o gaélico irlandés. Después de grabar su primer disco, "Haize berriak" (2009), Siroka ha editado “Karosi” (2011), un disco-libro compuesto por nueve temas y nueve cuentos, "Malutak" (2014), "Buruz behera" (2018) o "3.szn" (2013), un disco algo más oscuro y potente, cuyas las letras fueron escritas por el prisionero vasco Ruben Rivero, dispersado en la lejana cárcel francesa de Villefranche-Sur-Saone.
"Siempre hemos creído que la música es una herramienta más para luchar contra este sistema. Creemos que tener un micrófono y, sobre todo, un público es una responsabilidad grande. Queremos usar la música para transmitir cosas importantes" comentaba Maria Rivero, vocalista de Siroka, quien paralelamente ha formado también parte en proyectos musicales tan distintos como Kintsukoroi, o un dúo musical llamado Hutsa, hasta que que en 2020 lanza el hermoso "Parentesiak" (2020), su primer album en solitario. Por su parte, el inquieto Gorka, el batería de Siroka, ha tocado también dentro de las filas de Zein Da Zein?, una animada banda de rap y metal rock con un par de referencias en el mercado euskaldun, "Zein da Zein?" (2009) y "Elefante txuria" (2017).
Más recientemente ha surgido en la zona de Laudio otros grupos. como Mushkum, un cuarteto mixto liderado por el veterano Luis Vil, curtido en anteriormente en bandas rockeras como Ricoamor o The Drellas. El grupo Mushkum debutaría con "Denbora" (2017), un disco teatral y algo pistolero, con ecos a lo Nick Cave o Leonard Cohen, un rock acústico fronterizo. "Es rock porque ese es el mundo de dónde venimos y desde donde siempre nos movemos, acústico por la instrumentación acústica, y fronterizo por estar en la frontera de muchos géneros y dentro de ninguno en particular". En ese primer álbum el oyente novel podrá disfrutar temas tranquilos, como "Ihes egin dut", o ritmos trepidantes, como "Momentu batean". La vocalista Juncal Altzugarai suele escribir las letras, son textos en euskera que hablan de sentimientos y emociones a través de metáforas. El segundo álbum del grupo Mushkkum se titula "Nere totem animalia" (2018) y fue grabado en los estudios Sustraiak Records (Amurrio) con la ayuda de Egoitz Palacios.
Busco información de la banda LAUTARU de Laudio.
ResponderEliminarhttp://madeinlaudio.blogspot.com/2018/04/bandas-de-laudio.html